Estos días me toca despedirme, sin darme cuenta se pasan los días de exámenes y universidad y de pronto tengo que decidir qué voy a hacer con mi vida....Otra vez.Y saber si lo que he estado estudiando todos estos años ha servido para algo, en estos tiempos en los que carrera va de la mano de "crisis" (qué harta estoy de esa palabra). Podría aprender algún idioma...podría viajar, podría buscar un trabajo para ir tirando. La sensación es extraña. ¿Qué voy a hacer ahora sin mi examen de hidrogeología de todos los febreros?
Pero lo peor es dejar Granada. Y por una vez al hablar de ella tengo que pasar de la puñetera Alhambra, que no es lo único de aquí. Porque tiene que ser la única ciudad de andalucía con la que el ayuntamiento no se corta un pelo a la hora de poner luces de navidad.Echaré de menos la nieve de Febrero,que siempre coincide con mi cumpleaños, en el paseo de los tristes. Salir sin plan concreto y acabar viendo una peli del festival de cannes en el cine del centro, o a Maika makowski en un teatro del Realejo, o a un concierto de rockabilly o blues improvisado en el tornado. Supongo que se acabó pasear por las tiendas de ropa y libros de segunda mano, saludar a mis vecinos de la calle fábrica vieja, comprar el pan en Enriqueta, que en paz descanse la pobre.
No se si hay vida después de Granada, y todavía una no se hace a la idea de dejar todo esto. Me quedan aquí escasos 5 días, y pienso todo esto mientras miro mi estudio-buhardilla y todo lo que tengo que llevarme, pero una parte de mí se va a quedar en Granada. Mi Granada.
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