La mujer muerta

Lo siento, pobre blog. Supongo que ya no leerá esto ni Peter, pero de todas formas aquí sigues y para eso estás, para aguantarme. Y no, no voy a matarte,así que al final solo quedamos tú y yo. Por suerte o desgracia aquí sigo, y mientras mi pequeño estudio iba aumentando la temperatura a medida que Julio y sus 40º visitaban granada, el tiempo se me acaba. Y otra vez me encuentro al final de un ciclo,curso,etapa,qué más da... Y a principios de otro. Cada día más cansada pero también con más fuerza para terminar de una vez lo que un día decidí que sería la base de mi futuro,ya sea o no debajo de un puente.
Un folio en blanco, 25 preguntas, un cuarto de hora, y con eso basta para sentirte libre de nuevo. Pero la sensación no termina de ser plena, no hasta que no bajas del tren y la brisa del estrecho te da en la cara. Ni cuando ves la costa desde el mar, acercándose. Es cuando la Mujer Muerta te saluda y piensas "bueno, ya estoy aquí.Otro verano más". La Mujer Muerta. Extraño nombre para una montaña. Extraña forma. Y no puedo dejar de mirarla, tan grande, tan absurda en esta tierra, hasta que llego al puerto. Pero es que ella me mira también.
Siento no saber describir mejor la sensación de reencontrarte de nuevo con tu ciudad natal, pero para que os hagáis una idea, esta pequeña ciudad del norte de África me produce un efecto parecido al del pueblo de Derry, como se describe en el libro IT de Stephen King. Es tu ciudad, después de todo, que siempre te espera, que siempre está ahí. Te recuerda quién eres y quién has sido,pero si te despistas, cuando llevas cierto tiempo te provoca ganas de huir de nuevo. Incluso puedes volverte loco. Hay gente que dice que es el aire, los continuos cambios del levante y el poniente, los que deprimen a la gente. Por... suerte? nuestros amigos los andaluces nos pegaron su gusto por las ferias de verano, pero incluso eso aquí es diferente. En agosto llega la niebla del verano para avisarte de que la etapa se termina por muchos rebujitos que tomemos- "el tarot le llaman"- dice mi padre. La mujer muerta y la niebla de agosto.
Ya estamos aquí!