No se si os pasará en épocas de rascarse excesivamente, que vuestro reloj biológico poco a poco muta en el de un búho. A mí me pasa, no distingo el desayuno de la comida, pero tampoco echo de menos madrugar. Me gusta disfrutar del silencio de mi cuarto a estas horas y hacer mil cosas absurdas con las que entretenerme. Es una buena hora para leer, dibujar, escribir gilipolleces como esta o jugar a algo...estudi...no,aghr, eso no se pronuncia. En fin, he aquí el motivo de porqué son las 4:30 y escribo esto.Saludos al resto de rapaces nocturnas
No hay comentarios:
Publicar un comentario