lunes, 17 de mayo de 2010

Zombie&Gore morning

A veces me levanto por la mañana y voy a clase. Hoy ha sido una mañana rara, puede en parte porque esté mal de la cabeza.
La primera cosa absurda, o más bien que me he buscado, es la siguiente.Me levanto con el dedo meñique dolorido y del doble tamaño que el otro, por roerme un padrastro hasta la médula que finalmente se me ha infectado. Anoche se me ocurrió la maravillosa idea de abrir la parte infecta y sacar el pus :) Luego me eché alcohol y dolor. Y esta mañana, evidentemente está peor. Una vez tuve que ir a urgencias por ello, así que he llegado a la conclusión de que no aprendo y de que un día moriré por gangrena.
La segunda cosa que no entiendo es cómo se me puede ir tanto la cabeza en una hora de clase. Mientras el profesor daba su clase magistral sobre el metabolismo de las plantas C4 (Bleegh...), alguien se ha asomado por el hueco de la puerta y se ha ido. En ese momento no se porqué, (aunque puede que por ese sentimiento innato que tenemos todos los seres humanos de tener siempre a mano un plan de emergencia zombie, o por mi vicio enfermizo al juego "plantas vs zombies"), he empezado a imaginarme que estaba sola en la clase, y que el que se había asomado por el cristal circular de la puerta era un señor zombi con mucha hamb. Entonces he empezado a pensar en lo que ocurriría si un día de estos que me da por ir a la facultad, me la encuentro vacía y los zombis me acorralan en una clase. Así que he repasado los objetos que había por toda la clase: A simple vista lo más útil parece el extintor, pero necesitaría algo para romper el cristal y no es muy viable. Luego hay un borrador, un ordenador que también está atornillado,cortinas...Nada.Miro en la mesa y lo más útil parece ser un lápiz bien afilado para clavar, pero en el caso de que sean infectados la habría cagado. Así que la opción más viable era tirarse por la ventana, muerte absoluta, o abandonarte a los brazos del zombie. En el caso de que el zombie fuese una llama de fuego, al estar todo atornillado y no tener nada para romper el extintor, he llegado a la conclusión de que moriríamos todos. Así que puede que mis planes de emergencia zombies fuesen una mierda, pero el de seguridad ante incendios de la facultad, más de lo mismo. Por supuesto, también he llegado a la conclusión de que estoy mal de la cabeza.

En fin, es mi pequeño homenaje a un libro que he estado leyendo estos últimos meses y que es muy recomendable (regalo cumpleañil de unos amigos,todo hay que decirlo),y es la antología de relatos zombies de John Joseph Adams, con la participación de autores del terror geniales y mucho,mucho más enfermos que yo.

Os dejo con un fragmento de mi relato favorito:

“Los zombies no discriminan. Para un zombie, todo el mundo sabe igual de bien. Y cualquiera podía ser un zombie. No tenías que ser especial, buen deportista, o guapo. No tenías que oler bien, o llevar la ropa correcta, o escuchar cierta clase de música. Sólo tenías que ser lento”







Ea hamijos ahí tenéis, al menos con esta actualización aporto algo, que últimamente tenía el tiempo en el ojal, pero gracias a Eru me han pospuesto un examen que ha relajado mi esfínter.

1 comentario:

  1. me encantas, en serio. me ha gustado tu ida de olla,jajajaj para cuando la proxima????? jejeje

    ResponderEliminar